Brotes verdes
De vez en cuando me gusta tratar de encontrar brotes verdes en nuestra economía maltrecha. Esos famosos brotes que veía nuestra de economía anterior y que no aparecieron.
Alguno encuentro, para animar el inicio de año 2013.
Por ejemplo las balanzas de pagos por cuenta corriente y de capitales
¡por fin están en positivo!
Llevo años planteándome que con estas balanzas negativas, lo cual indica un flujo de dinero continuo hacia fuera de España principalmente vía consumo ya sea de recursos naturales o de tecnología, la situación tenía que llegar a un punto insostenible. Se puede compensar esos déficits mediante la llegada de dinero a España vía préstamos o mediante la creación de dinero también vía préstamos, ya que no podemos imprimir billetes, pero eso tenía que tocar techo pues no podemos endeudarnos indefinidamente hasta el infinito. Tocó techo y llegó la crisis, y tras más de cuatro años de crisis las exportaciones han aumentado lo suficiente y las importaciones han disminuido lo suficiente, por el descenso brutal del consumo, que por fin tenemos una balanza de pagos positiva.
Un país con una balanza de pagos negativa no es un país sano económicamente, como no lo era España hasta ahora. Tal vez hayamos llegado a nuestro punto de equilibrio. La economía tiene inercia y seguirá cayendo para luego volver a remontar y mantenernos en torno a nuestro punto de equilibrio, que lo debe marcar la balanza por cuenta corriente equilibrada.
Las exportaciones van como un tiro pero su volumen aún puede y debe de crecer más para ir dando empleo a tantos millones de parados y que estos consuman y generen nuevos empleos basados en el consumo interno. Pero el saldo energético es nuestra espada de Damocles, siempre pendiendo sobre nosotros, y si los precios de la energía siguen subiendo (alrededor de un 8% suben cada año), nuestras mejoras pueden ser absorbidas por la importación energética. El dinero fresco que entra vía exportaciones se puede ir de nuevo vía gasto de petróleo y gas.
Debemos crecer en exportaciones más rápido de lo que lo hagan los precios de la energía importada o lo pasaremos mal y perderemos esta guerra por los recursos naturales, limitados por definición, que el mundo está viviendo. Y nuestras exportaciones deben seguir creciendo, como ya lo han hecho, fuera de la UE, pues la UE está en recesión y no se puede esperar mucho más consumo de ella.
Por fin Rajoy ve fruto a su política de recortes y los gastos bajan en 2012, aunque en los primeros meses se vio una subida de gasto un poco incomprensible, mientras los ingresos van subiendo gracias a la subida del IVA y a una mejora en los impuestos de sociedades que me da muy buenas sensaciones. Aún así el déficit de caja debe reducirse aún más y reducirse hasta menos de 30000 millones o mejor 20000 millones, y conseguir además que las autonomías y ayuntamientos eliminen también sus déficits presupuestarios. Esperemos ver pronto ver un déficit cero en cuanto saldo primario, es decir sin contar los intereses de la deuda. Será el principio del fin de los recortes.
Alguno encuentro, para animar el inicio de año 2013.
Por ejemplo las balanzas de pagos por cuenta corriente y de capitales
¡por fin están en positivo!
Llevo años planteándome que con estas balanzas negativas, lo cual indica un flujo de dinero continuo hacia fuera de España principalmente vía consumo ya sea de recursos naturales o de tecnología, la situación tenía que llegar a un punto insostenible. Se puede compensar esos déficits mediante la llegada de dinero a España vía préstamos o mediante la creación de dinero también vía préstamos, ya que no podemos imprimir billetes, pero eso tenía que tocar techo pues no podemos endeudarnos indefinidamente hasta el infinito. Tocó techo y llegó la crisis, y tras más de cuatro años de crisis las exportaciones han aumentado lo suficiente y las importaciones han disminuido lo suficiente, por el descenso brutal del consumo, que por fin tenemos una balanza de pagos positiva.
Un país con una balanza de pagos negativa no es un país sano económicamente, como no lo era España hasta ahora. Tal vez hayamos llegado a nuestro punto de equilibrio. La economía tiene inercia y seguirá cayendo para luego volver a remontar y mantenernos en torno a nuestro punto de equilibrio, que lo debe marcar la balanza por cuenta corriente equilibrada.
Las exportaciones van como un tiro pero su volumen aún puede y debe de crecer más para ir dando empleo a tantos millones de parados y que estos consuman y generen nuevos empleos basados en el consumo interno. Pero el saldo energético es nuestra espada de Damocles, siempre pendiendo sobre nosotros, y si los precios de la energía siguen subiendo (alrededor de un 8% suben cada año), nuestras mejoras pueden ser absorbidas por la importación energética. El dinero fresco que entra vía exportaciones se puede ir de nuevo vía gasto de petróleo y gas.
Debemos crecer en exportaciones más rápido de lo que lo hagan los precios de la energía importada o lo pasaremos mal y perderemos esta guerra por los recursos naturales, limitados por definición, que el mundo está viviendo. Y nuestras exportaciones deben seguir creciendo, como ya lo han hecho, fuera de la UE, pues la UE está en recesión y no se puede esperar mucho más consumo de ella.
Por otro lado tenemos la cuestión del déficit de las administraciones, que gastan mucho más de lo que ingresan. Necesitamos que el déficit se reduzca a un valor aceptable que no provoque un incremente continuo e imparable de la deuda pública, y ese nivel ha sido establecido internacionalmente en un 3% del PIB, sin embargo los últimos años ha rondado el 10% del PIB. Insostenible y provocador de desconfianza hacia españa que hace que nos pidan más intereses por renovar la deuda que va venciendo.
Pero aquí también tenemos un brote verde a la vista.
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